Comenzando desde la mitad.

No fue como esperaba que fuese.
después de hablar con él, pensé que todo estaría bien.
1..2…3…. cuantos segundos fueron hasta que me rendí, y en el cuarto de la desesperación comencé a gritar: ¿Donde estas?, ¿donde estas?.
nadie respondió. Pero sabia que cerca estaba, oculto en su rincón.

Sentado frente a la computadora, atendiendo a las personas, como un día martes cualquiera, no habían muchas.

mire al techo, y vi lo blanco que era, con sus grumos de pintura sobresaliendo, y preguntando como es de mi costumbre: «¿por que lo dejan así?»
nadie respondió.
Suspire, pasaron los segundos y me dije a mi mismo: ¿Donde estas?
Mire para mi izquierda, una figura materna, mi madre.
Ella me miro, sin hacerme caso desvió su mirada.
¿Por que no lo haría?, ella no sabe lo que pienso, solo ve un sujeto sentado en una silla, perdido en el mundo de sus pensamientos. sin saber que lo que pienso y donde perdido estoy, es en el mundo real.
Perdido, me dije a mi mismo.
¿Cual de los dos mundos reales?, me pregunté.
Nadie respondió.
y en mi mente solo podía hablar conmigo mismo, siendo solo yo quien hable y no él.
«me siento solo» «¿que hago?» «estoy aburrido» «no lo estas» «si lo estoy» «claro que no»
«esta bien» «es mejor así» «¿que hora es?» «mira el reloj» «ok»

Faltaban minutos para mi salida, pero mi Madre dijo que la acompañara al centro.

podía verme desde una tercera persona, como si aquel que caminase fuese otro y no yo.
sin embargo era yo quien desde mi propia cabeza podía mirar lo que mis ojos no.
y me desconecte.
Solo caminaba sin saber a donde ir, miraba sin saber porque miraba, respiraba sin saber por que lo hacia.
Ella se detuvo en una tienda de maquillajes.
yo por mi lado, salí a la vereda.
podía ver los semáforos, las personas caminando, personas sujetas de las manos, podia ver a todos, pero no podía verme a mi. tratando de mirarlos a los ojos me di cuenta que ellos no me veían a mi. veían su propio camino que ya estaba programado desde antes de que los viera. desde el momento en que salieron hasta el momento en el cual regresaran. todos tenían un plan, mi madre tenia un plan.
¿mi plan?, no había mi plan. solo me deje llevar.
Me quede ahi parado, en medio de la vereda, con las personas caminando, el aire soplando, las aves volando. y yo solo parado, respirando, cerrando mis ojos por segundos y sintiendo lo que había. ¿que habia?, paz.
Me sentí tranquilo después de eso.
caminamos para comprar algunos marcadores, y mientras ibamos hacia arriba de la calle, un policía cerca del banco alcanzo a mirarme, con su mirada fija y desafiante.
podía verla, sin embargo, la mirada de un niño enojado con traje de policía no podía enfrentarse a la mirada de un anciano de mente.
Aquella mirada que lance no fue mía, fue de ÉL. ¿pero que mirada lanza aquel que es ciego?.
era vacía, sin sentimientos, muerta, sin expresiones. y aquel que me lanzo su mirada desafiante, mostró miedo, trago saliva y bajo la cabeza. tal vez no lo quiso el señor. Pero tuvo que reaccionar a lo que nunca habia visto. alguien con la mirada tan inexpresiva.

Fue en ese momento en el transcurso del camino, pasando al policía, que me di cuenta que no había mostrado expresiones desde que cerré mis ojos para respirar.
¿estas ahí?, pregunté.
Nadie respondió.

Después de comprar lo que compramos, después de hacer lo que hicimos, después de seguir un plan que no era mio, ya que en el plan, no había un yo, si no un «nosotros». regrese con mi madre.

y sentado frente a mi computadora, y con música de fondo, con las pocas energías de motivación que me sobran al acabar el día, comencé a escribir.

y aquí, junto a mi, escribiendo esta.
-¿Hay alguien?
+NO.